viernes, 23 de noviembre de 2007

El Barça de Amenábar y Carmen Sevilla












Con la misma facilidad que (dicen) Rijkaard se fuma sus “cigarrillos de la risa”, Txiqui Beguiristain se ha fumado en tres caladas (una por mes) todo el crédito que (a Dios gracias!) le habíamos concedido después del batacazo de la temporada pasada. Entonces entonó (ojo! tópico a la vista) el “mea culpa” i se sacó de la manga un argumento que, por original y hasta por retro, decidimos aceptarle: “Confié en el equipo viendo que siempre estábamos en la primera página del Teletexto”. Demoledor. Traslado por un momento esta situación al Mundo Real (que preside Sandro Rossell, faltaría más). Decían que este Barça era un equipo de “Play” (si eres futbolista y no la llevas siempre contigo en las concentraciones, simplemente no molas). Pues bien, se imaginan a un directivo de Sony justificándose por el éxito de un cartucho de la competencia con un argumento similar? “Es que en la Hobby Consolas y la Micromanía de este mes le daban una puntuación muy baja”…Delirante.

Tuvieron Txiqui y los suyos una segunda oportunidad. Dos Ligas y una Champions bien lo merecen. Cierto es que reaccionaron con celeridad. Tiró del recurso gallego, un “Nunca Máis” para limpiar el lodo del vestuario. Eso que a media temporada, naufragio a la vista, eran simples hilillos, ya me entienden… Después, código en mano, el presidente Laporta anunció mano dura. Mano dura. Leo definición en la Gran Enciclopedia Blaugrana:

Mano Dura: Grito unánime de la masa social del FC Barcelona después de una temporada repleta de fiascos. Cuando dicha medida es adoptada, los socios-abonados responden, también al unísono: “Eso, eso! Que se enteren! Que les metan en barrena!”. Suele conllevar la contratación de un técnico arrogante (anteriormente Van Gaal, actualmente el deseado es Mourinho) que será silbado al cabo de dos meses por su fútbol mezquino y su carácter irascible. Su cabeza será convenientemente cortada (al gusto del respetable) entre gritos de “Tirano, tirano!” y se procede a elogiar lo liberados (y aliviados) que estarán los jugadores, hasta que dicha libertad lleve otra vez a la primera línea de este texto.

Segundo paso, el recurso de la ilusión. Da igual si es necesario o no pero pon un crack en tu vida (uséase Henry). Ventajista sería decir ahora que no acertó. Ventajista me declaro. A todo el mundo se le olvidó que el mismo tipo nos dejó literalmente tirados por amor a unos colores, a los que un año y una lesión después, decidió repudiar. Pero a pesar de todos los pesares, inyectó nuevos aires y nos convenció a todos que el “galactismo” solo era una plaga de Madrid. Craso error. Las plagas, como las crisis, también cogen el puente aéreo. Como dirían los que entienden en eso del futbol “la teoría de los vasos comunicantes”. Pero volviendo al tema, llegaron después lo que todos coincidimos en considerar un acierto, léase Militos, Tourés i Abidales.

Y así con los deberes hechos, con el manual de “Como solucionar una crisis en un solo verano” debidamente estudiado, empezamos la temporada amnésicos y convencidos que el circulo virtuoso volvía a rodar. Con los parches debidamente pegados y las válvulas de escape debidamente taponadas. O al menos eso creíamos. Unos empates y derrotas fuera de casa, un Getafe y un Edmilson después y volvemos a estar en el mismo punto. Para uso y disfrute de los amantes del tópico, en el ojo del huracán. Sobretodo por lo de Edmilson. Sus palabras no son el problema, como tampoco lo es Ronaldinho. Si a él le cargamos el muerto a él le debemos la resurrección del Barça cuál Ave Fénix levantando el vuelo de entre sus cenizas. A él le prometimos amor eterno por levantarnos del letargo y los más románticos todavía se lo debemos…

Y es que las denuncias de Edmilson son como una película de miedo. Como taparse los ojos con las manos entreabiertas para no sufrir tanto. No querer ver lo que sabes que acabarás viendo. Y efectivamente a pesar de nuestros temores, ahí están. Los vicios viciados. Con Márquez afeitándose en México y Edmilson confesándose, como buen pastor, sobre el césped del Camp Nou. Y Rijkaard se inhibe. Los capitanes también se inhiben y Andrés Iniesta ya tiene dos galones. Uno se lo quitó a Puyol y el otro a Xavi, dando la cara el día más difícil. La Junta, por su parte, señala a la secretaría técnica. Pero la secretaría técnica está demasiado ocupada con su viaje a Buenos Aires y la cena de despedida de Mauricio Macri como presidente de Boca Juniors (me lo explique, gracias). Y al final, todo sigue igual. Con los pies en el barro y las ovejas campando a sus anchas. Con tanta autogestión, quizás deberíamos plantearnos fichar a Carmen Sevilla. Ella que sabe como nadie como tratar a sus queridísimas ovejitas…aunque sean mas negras que el carbón (por eso de la taverna que lleva el mismo nombre, claro... Acaso cambiaremos UNICEF por LA OVEJA NEGRA?)

Y con todo, este Barça ya no puede comprarnos más con la tarjeta de crédito de la ilusión. Ahora toca pagar en débito. Como diría Amenábar: Txiqui (y te señalo a ti porque así lo han hecho los de arriba) por favor, abre los ojos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajaja, muy grande!! Que razón tienes.