Vergüenza!

Lo que está pasando en can Barça es intolerable. Y lo peor de todo no es la crisis, porque la hay, sino la famosa autocomplacencia.

6 puntos de 18 lejos del Camp Nou es una cifra deplorable, y roza el ridículo si te paras a pensar que el Barça ha visitado al Racing, Valladolid, Levante etc. ¿Y eso a qué se debe?

Pues la primera lectura apunta al banquillo. Ese hombre de rizos tiene un gran problema. Sabéis que siempre he criticado su lectura de los partidos y más de una vez me he metido con sus recursos tácticos. Hoy, eso me lo salto. Así que, a parte de lo dicho, creo que su principal problema ahora reside en su actitud.

Rijkaard nunca ha sido Sir Rijkaard en el vestuario. Ha sido Frank, el amigo. Eso sirve a corto plazo, como se ve demostrado en el palmarés, pero en un proyecto a largo plazo caduca. Se está demostrando que los jugadores ya no le toman en serio. No tiene la autoridad para dar el puñetazo encima de la mesa que ahora necesita esa constelación de estrellas. Mientras Ronaldinho se la rasca en los entrenamientos y se pierde la mitad de ellos, el mister dice que está muy entregado; en el calentamiento cada uno va a su bola y Rijkaard asegura que está todo programado; Eto’o le llama mala persona y no tiene castigo...

Y como esas, muchas más. Entonces, que el mister haya hecho la vista gorda en cosas tan graves hace que pierda totalmente la autoridad. Y más si reconoce la autogestión del vestuario.

El segundo punto, y clave, es la plantilla. Puyol habla de actitud, y me lo creo, pero esto no es nuevo. Edmilson y Gudjohnsen ya levantaron la voz la temporada pasada porque veían poca entrega. La misma, curiosamente, que hay ahora.

Y es que a uno se le remueven las entrañas escuchando a Valdés diciendo que el equipo se metió mucho en el partido y mostró una gran actitud. No mientas por favor, tu no, que eres un gran profesional. Todos lo vimos (o sufrimos) el sábado. Si eso es actitud, apaga y nos vamos.

Y eso que jugaron contra el Getafe señores, que si llega a ser un Chelsea…

Proclamo, desde este riconcito, un “Basta ya!” colectivo. No se puede pensar que la afición culé es tonta. Todos vieron el partido, las caras de los jugadores, las promesas de soluciones desde el partido en el Sardinero, las victorias de gran caché ante Almería, Betis y compañía. Vamos a ser serios de una vez por todas.

A todo eso, ya veréis, la culpa va a ser nuestra. De la prensa.