martes, 8 de enero de 2008

La horrible cuesta de enero

Me apetece más irme de rebajas que ver la Copa del Rey. Ese torneo que en poco más de cinco años se ha convertido en el tercero en discordia. En esa competición que obliga a los equipos grandes a ampliar sus plantillas a 25 jugadores para poder llegar con fuerzas para afrontar la Liga y la Champions. ¿A quién le viene bien entonces? A parte de a la Federación, la Copa del Rey es el escaparate para los pequeños, y la opción de levantar un título para los medianos.

Es evidente que no me gusta la Copa del Rey. No me gusta ir a Alicante, no por el equipo y la ciudad, a quien dedico una sonora ovación más que merecida. No me gusta ir a Alicante porque no se ve buen fútbol. Porque todo un Real Madrid B –que no Castilla- no es capaz de hacer frente a un torneo antaño importante, y ahora venido a menos. Y si no me gusta es por culpa de los equipos grandes, que no sacan provecho de equipos suplentes millonarios para vencer a equipos pequeños llenos de ilusión.

Lo mejor de todo esto es que la Federación por fin ha hecho una a derechas. En el mes de enero se resolverá la Copa, y en tres semanas se sabrán, por lo menos, los semifinalistas. Pero claro, todo irá a un ritmo frenético, sin tiempo para descansar, con el riesgo que eso conlleva, sobre todo para las lesiones.

Esta semana hay Copa otra vez, y yo prefiero irme de rebajas. Sin la tensión de las eliminatorias a partido único, me quedo con el Sevilla – Barça. Por lo menos será un partidazo.

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