Real Madrid: las notas de la temporada

10. Actitud. Fue la fórmula secreta que le dio la Liga al Madrid de Capello y lo que está funcionando con Schuster. Otros tienen más calidad, pero el compromiso de la plantilla blanca es encomiable. Desde el portero hasta el utillero. Todos.

9. Casillas. Si los delanteros son caros porque meten goles… ¿cuánto vale Casillas? Cada partido saca 2 ó 3 goles cantados, que realmente es como si los metiera un delantero. Uno de los mejores porteros del Mundo, que detiene lo imparable, es producto de la cantera, madrileño y encima buena gente. El yerno ideal. Un lujo.

8. Van Nistelrooy. Otro ejemplo de buen tipo que responde como el que más en el campo. Aporta goles pero no los espera paradito en el área. Es un lujo verle en directo porque siempre está buscando el gol. Un crack.

7. Raúl. Por muchos motivos. Ha vuelto a ser el de siempre. Goleador, luchador y comprometido. No por casualidad ha vuelto a brillar cuando le han vuelto a poner cerca del área. Elogiable también su actitud con el debate de la Selección y Luis Aragonés. Podía haberse quejado en voz alta. No lo ha hecho; ha hablado en el campo. Un ejemplo para todos.

6. Sergio Ramos. Un titán. El que aporta la garra que tanto gusta en el Bernabéu. Un ejemplo: se rompió la nariz en la Champions contra el Bayern, allá por el mes de febrero. Quiso seguir jugando para no faltar a ningún partido. Cuando acabó la temporada fue a operarse y el médico le dijo que le sorprendía que hubiera podido hacer vida normal con la nariz así. Y encima se esmera técnicamente: ¡Qué golazo en Dinamarca con la Selección!

5. Capello. Sí, Capello. Es verdad que su equipo no jugaba un pimiento, pero cumplió lo que le pidieron: ganar un título. La Liga. La prensa le metió por todos lados y ni se inmutó (aprende, Bernardo). Y otro punto a su favor: suya fue la decisión de cargarse a Ronaldo. 6 meses después todos lo vemos como un acierto total puesto que quitó la manzana podrida del cesto. Fue clave. El Milán lo va a vender al Flamengo. Vaya negocio.

4. Schuster. Capello ganó una Liga pero le echaron porque el equipo jugaba mal. Traen a Schuster para hacer ‘jogo bonito’ y sí, el equipo es líder, pero tampoco juega a nada. Además, está fracasando en su relación con los medios. En las ruedas de prensa está nervioso y muy muy borde. Y no sólo con la Prensa. Se mete con la procedencia de los árbitros y es capaz de enfadar hasta al entrenador del Alicante. Ha hecho simpático a Capello.

3. La Dirección Deportiva. Osea, Mijatovic. Además de por el tema de los fichajes (lo podéis encontrar más abajo), ha llevado mal otras facetas. Prometieron a Soldado que si volvía de Osasuna iba a jugar muchos minutos: lleva 27 en 17 jornadas. Además, ha gestionado mal la marcha del anterior cuerpo técnico. Primero, por comunicárselo a Capello por teléfono (falta de estilo) y segundo por no intentar arreglar la situación aunque sólo sea para la galería. Ahora ni se hablan. Mal, Pedja.

2. Nuevos fichajes. Dudek, Saviola, Drenthe, Metzelder, Robben, Higuaín, Gago… Es posiblemente el año en el que menos aportan los recién llegados. Quitando a Pepe (apunta muy buenas maneras)y quizás a Sneijder, en total son cerca de 100 millones con nula rentabilidad. Y lo peor es pensar que con ese dinero… ¡daba para fichar a Kaká!

1. Ramón Calderón. El titular del año pasado bien podría ser que el Madrid ganó la Liga a pesar de su presidente. Para el recuerdo nos dejó aquella charla en la universidad en la que atizó a sus jugadores en público, su paseíllo triunfal en Zaragoza, sus discursos eufóricos fuera de lugar, sus promesas electorales incumplidas… Si lo hace aposta no le sale igual de mal.

0. Las elecciones. Fueron en 2006, pero sus consecuencias llegaron hasta 2007. Gracias a ellas, los periodistas deportivos de Madrid hicimos un Master en Derecho Penal en un mes. El ridículo que hicieron los candidatos fue bochornoso: voto por correo manipulado, impugnaciones ante Tribunales, sacas de votos robadas, papeletas quemadas en público… Lo único positivo es que para las próximas, en 2010, será imposible hacerlo peor… ¿o sí?