lunes, 11 de febrero de 2008

Gasol y el pupitre especial en el rincón de la escuela


Compartir un rato con Ricard Farrés, el primer entrenador que tuvo Pau Gasol con 9 años, fue una experiencia cuanto menos, curiosa. Y es que el hecho de poder conversar con una persona que vivió los primeros pasos de un jugador de su talento es útil para ver la 'cara oculta' o los factores que rodearon la creación de un gigante que maravilla en los Lakers. Y algunos detalles que nos contó nos sorprendieron...

Para empezar, Pau no destacaba por su altura cuando era niño. No era ni alto ni bajo. Simplemente era 'normal'. E incluso llegó a jugar de base. "Él subía el balón y el mismo penetraba a canasta. Era un superdotado a nivel técnico, aunque era demasiado lento", confiesa Farrés. Una de las claves que provocaron la explosión de Gasol como jugador fue su pasión por el baloncesto y su espíritu de superación. Eso sí, el día que creció, durante la adolescencia, la escuela Llor de Sant Boi donde estudiaba, a 100 metros de su casa, le tuvo que construir un pupitre especial para que pudiera estirar las piernas. "Aún está en algún rincón del colegio".

"Era un enfermo de este deporte, un enamorado. Se sabía de memoria todos los jugadores de la NBA con sólo 10 años y devoraba todas las revistas que le caían en las manos", prosigue su primer entrenador. Aunque fue acusado de vago por algunas personas, Farrés siempre se remite a la misma anécdota para rebatir esta acusación: "Recuerdo perfectamente un domingo que vino Pau a mi casa y me pidió las llaves del polideportivo de la escuela. Las cogió. Y se pasó el día encerrado con su hermano Marc haciendo unos contra uno. Lo más fuerte es que el día anterior había jugado un partido de play off de la final de la ACB contra el Madrid... ¡en Madrid!".

No todo ha sido un camino de rosas en la trayectoria de Gasol. A los entrenadores del Barça, en las categorías inferiores, les costó horrores convencerle de su potencial. De que podía aspirar a jugar en el primer equipo. Y aunque no esperaban que su calidad fuera tan grande como para despuntar en los Lakers, le quitaron de la cabeza el dilema que tenía a los 18 años. "Quería estudiar medicina, y a punto estuvo de ir a EE UU para hacer la carrera. Algo, la verdad, que hubiera gustado mucho a su madre, que es enfermera, pero que hubiera acabado con el Pau jugador seguro". El 16 de los Lakers era un buen estudiante -"de notables y excelente"- y, de hecho, se llegó a matricular en medicina en Barcelona.

Éstas son algunas de las anécdotas que nos contó Farrés sobre Gasol. Él fue quien vivió en directo sus primeros pasos. El mismo que un martes a las 2 de la madrugada fumaba un pitillo apoyado en la barra de un bar y vibraba con los primeros minutos en los Lakers de aquel niño que se sentaba en la última fila de la clase para no tapar a sus compañeros y que estiraba las piernas en un pupitre especial.

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