Bojan pide paso

Cada partido que juega, le eleva un poco más. Cada gol que marca, le hace un poco mayor. Bojan Krkic ya no es aquel nombre que nos sonó extraño a todos la primera vez que lo oímos. Bojan Krkic es ya una realidad. Tanto para la selección, como para el Barça.

Su madurez en el terreno de juego ha quedado demostrada en los últimos meses. Tanto en su debut con el Barça en el amistoso de Egipto (marcó) y los de la pretemporada como en sus participaciones con España en el Europeo (dio el pase a la final y marcó el gol de la final) y, ahora, en el Mundial.

Bojan es un 9 puro, con mucha movilidad y una verticalidad que rompe siempre a sus rivales. Un seguro de gol que, además, dispone de capacidad técnica y que dispara entre los tres palos el 90% de sus remates. Su gol decisivo ante Ghana en las semifinales del Mundial (sumado a los cinco que y había marcado en este torneo) son un serio aviso para Frank Rijkaard.


Sinceramente, yo no soy partidario de aquello que siempre llena la boca de muchos entrenadores. Aquello de "no hay que quemarlo", "que entre progresivamente en el equipo", etc. Ni Maradona, ni Pelé, ni la mayoría de las figuras que han pasado a la historia del fútbol han ido entrando progresivamente en sus equipos para quedarse la titularidad el día que su carné de identidad llegó a los 20 años. Es más, con 15 años ya jugaban al máximo nivel. Y deslumbraban.

Bojan está demostrando que tiene un sitio en cualquier equipo grande. Y haría bien Laporta por preocuparse de mejorarle el contrato y blindarlo para evitar disgustos como el de Cesc. Rijkaard, por su lado, sabe que dispone de una opción seria en el banquillo. Bojan ya no es sólo una opción de futuro. Es el presente.