Sigue el Barça con los mismos errores y el ‘joga bonito’ ha dejado paso al ‘joga aburridito’. Falla la salida desde atrás, la creación en el medio campo, el punch en la delantera… Demasiados problemas para un proyecto tan fantástico.
Valdés no sabe como debe sacar el balón jugado. Cada partido es una nueva aventura para él. No sabe quien estará en el eje de la defensa y las opciones, obviamente, no son siempre las mismas (no es igual darle el balón a Thuram que a Másquez).
Thuram jugó los 90 minutos del partido del domingo cuando acababa de disputar dos duelos seguidos con su selección. A su edad, quizás no fue la elección acertada para jugarle a un equipo que tiró, e algún momento, de contraataque.
Zambrotta y Abidal no comprenden a Rijkaard. No hay partido en que el holandés no se desespere con los laterales porque, a su parecer, no suben todo lo que deberían. La compenetración con el extremo, además, es nula por culpa de las rotaciones.
Poco, por no decir nada, en contra de Touré Yayá. Por el poco tiempo que lleva creo que ha asumido muy bien su rol.
Iniesta, Xavi y Deco deberían aportar más gol desde la segunda línea. Ya pasó en el ejercicio pasado, dónde es cierto que Iniesta batió su récord pero entre los tres no llegan a los 20 goles que, por ejemplo, marcó Lampard.
Ronaldinho todavía no sabe dónde juega. Se le utiliza como falso 9, con lo que el Barça pierde la referencia en ataque, esa que funcionó tan bien con Eto’o. En lugar de crear espacios los destruye cortándole el recorrido tanto a Deco como a Iniesta. Y por si esto fuera poco, Henry sigue con su letargo en la banda.
En fin, que cada jugador o posición tiene un análisis. Esto, claro está, es un resumen de todas las cosas que uno tiene en la cabeza. Aunque reconozco que ser Rijkaard desde fuera es fácil.
Esperemos que el de verdad sepa lo que se hace, porque hay mucho que ya apuntan que no se comerá los turrones. Otro tema, para otro escrito.
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