miércoles, 5 de septiembre de 2007

Laporta vs Motta: Round 1


La relación entre el presidente y el exjugador está al rojo vivo y hoy hemos vivido el primer capítulo de un cruce de declaraciones que traerá cola.

Ayer escuché una entrevista a Motta en que el jugador se defendía de las acusaciones que se vierten sobre su persona (fiestero, poco profesional etc.). Decía que no es verdad esa imagen que se ha dado de él en cuanto a sus salidas nocturnas puesto que está casado y su mujer le comenta, en broma, que le debe dar una pastilla cada noche porque ella se duerme a su lado y se despierta de la misma manera cada día.
También es verdad que el italo-brasileño argumentaba que algunas veces se le ha visto en discotecas porque sale de fiesta como cualquier persona.

En este caso le voy a dar parte de razón al jugador. Es cierto que desde el club se vende tal imagen, pero también hay que decir que hay parte de verdad en ella.

En más de una ocasión me han llegado voces de que se le ha visto cerrar salas de fiesta de Barcelona y, por otro lado, su intensidad en algunas sesiones de trabajo no ha sido la adecuada, no sé si por las fiestas o porque no le daba la gana correr.

El caso es que su situación en can Barça iba de mal en peor. Ni la defensa a ultranza de Rijkaard le podía salvar el pescuezo así que había que encontrarle una salida.

El club se puso manos a la obra, y recibió ofertas suculentas. El West Ham y la Roma estaban interesados en él y estaban dispuestos a pagar 6 millones de euros por el traspaso. A todo esto, Motta seguía pidiendo la carta de libertad (¿por qué será?) y rechazó estas dos propuestas a pesar de su importancia.
Finalmente, y contra todo pronóstico, se decidió por la propuesta del Atlético de Madrid, que sólo pagó 1’5 millones.

Me consta que en el club no estuvieron nada contentos con esta postura y fue allí donde la guerra fría pasó a ser más que caliente.

Motta salió en rueda de prensa y cagó contra Laporta y Txiki diciendo que no habían ido de cara con él. Y hoy el presidente lo ha desmentido categóricamente y ha afirmado que “ya le he dicho que espero que me explique sus declaraciones cuando le vaya bien, porque si no lo hace, serán propias de un inmaduro que no tiene el coraje de reconocer sus propios errores". Laporta ha sido duro.

Viendo el panorama, se deduce que esto sólo tiene un final: el diálogo. El socio y el aficionado del Barça tiene derecho a conocer la verdad, pero parece que ambos tienen parte de razón: Laporta mira por el club y Motta por sus intereses.

Veremos como evoluciona el culebrón…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Este Laporta está siempre igual. En cuanto alguien no le dice lo que sus orejitas quieren oir, PAM!
Maldito resentido con el mundo...

Anónimo dijo...

Si es cierto que Laporta no guarda buen rollito con los que se van...Pero creo que el presidente de una isntitución como el FC Barcelona no ha de rebajarse a entrar en diálogos y mensajitos a través de la prensa con un jugador que no ha sido ni será importante. Él debería estar por encima de todo eso y dejar que el jugador hable lo que quiera que eso ya le define como persona.